La salud en la niñez


                

Pediatría, disciplina dedicada a la salud infantil

Es precisamente esta rama de la Medicina la que se ocupa de la salud del ser humano desde el nacimiento hasta el final de la adolescencia, atendiendo a la niñez desde una perspectiva global como un organismo en formación y maduración y como un ser social con emociones y pensamientos propios.
De esta forma, para mantener niños saludables, la Pediatría considera la atención sobre aspectos emocionales, educativos e incluso ambientales, además de la prevención y el tratamiento de enfermedades durante la infancia y adolescencia.
Para ello, especialistas en esta materia recomiendan procurar la salud del niño mediante revisiones médicas periódicas. Los bebés deben ser revisados mensualmente, aunque a medida que se acercan al primer año, suelen necesitar ir al pediatra con menor frecuencia. En el caso de niños sanos mayores de 2 años y hasta la adolescencia deben acudir por lo menos una vez al año a consulta médica.
Este tipo de revisiones médicas son muy importantes para el cuidado de la salud infantil, pues mediante exámenes y exploraciones de rutina es posible vigilar el desarrollo del niño, asimismo son excelente oportunidad para detectar o prevenir cualquier anomalía.
Además de este tipo de consultas pediátricas regulares, los niños deben recibir atención médica en los siguientes casos a fin de conservar vida y salud:
  • Fiebre mayor a 38.8 ºC.
  • Dolor de cuerpo, articulaciones y garganta, frecuentes.
  • Dificultad para respirar, ya sea por alergia, intoxicación o ahogamiento.
  • Lesiones, fracturas, traumatismos por accidente.
  • Problemas para dormir o cambios de conducta.
  • Erupciones o infecciones en la piel.
  • Evacuaciones frecuentes, con moco o sangre en heces, por más de 24 horas.
  • Pérdida o ganancia de peso, rápida en poco tiempo.

Vacunas, escudo protector de la salud infantil

Un recurso sin duda indispensable para cuidar la salud de los niños son las inmunizaciones o vacunas, ya que ayudan a proteger contra enfermedades e infecciones. Durante las revisiones médicas periódicas se deben administrar las primeras dosis y a lo largo de la infancia y hasta la adolescencia los refuerzos correspondientes.
Cada país tiene su propio esquema de vacunación. No obstante, a partir de 2004, la Academia Americana de Pediatría (AAP) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) recomiendan que las vacunas infantiles administradas a partir de los 2 años de edad sean las siguientes:
  • Hepatitis B (3 dosis).
  • Difteria, tétanos y tos ferina (DTaP) (4 dosis).
  • H. influenzae tipo B (Hib) (4 dosis).
  • Inactivado de la polio (3 dosis).
  • Neumocócica conjugada (3 dosis).
  • Sarampión, paperas, rubéola (MMR, por sus siglas en inglés) (1 dosis).
  • Varicela (1 dosis).
  • Hepatitis A (en determinadas zonas geográficas y con ciertos grupos de alto riesgo).
Cabe mencionar, que en los últimos años se han añadido a las recomendadas la vacuna contra la gripe (no apta para menores de 6 meses), así como la llamada Hexavac, inmunización combinada contra difteria, tétanos, tos ferina, poliomielitis, H. influenzae B y la hepatitis B en una sola dosis.
Las vacunas suelen causar efectos secundarios leves y excepcionalmente, reacciones adversas graves; sin embargo, los beneficios superan en gran medida la incidencia de problemas de salud como consecuencia de la inmunización.
Para consultar el esquema de vacunación vigente en México da clic aquí

Recomendaciones para el cuidado de la salud infantil

Existen problemas de salud que pueden diagnosticarse en la infancia, para los cuales no existen vacunas, como las enfermedades crónicas degenerativas resultado de las altas incidencias de sobrepeso y obesidad como diabetes, colesterol elevado, enfermedad renal, así como otras afecciones relacionadas con el medio ambiente, nutrición o genética, como asma, leucemia, hemofilia, fibrosis quística, entre otras.
En este contexto, las siguientes medidas pueden ayudar a los niños a estar saludables:
  • Mantener la lactancia materna (6 meses, mínimo).
  • Llevar dieta equilibrada, de acuerdo a edad, talla y peso, con bajo contenido de grasas saturadas, carbohidratos y con alto contenido de proteínas, fibra, vitaminas y minerales.
  • Respetar los horarios de ingesta de alimentos.
  • Consumir frutas y/o verduras entre comidas, en lugar de dulces, frituras y golosinas.
  • No exigirle que coma gran cantidad de alimento que no desea.
  • Mantener adecuada hidratación, bebiendo agua natural frecuentemente o bebidas con electrolitos añadidos en caso de riesgo de deshidratación en temporada de calor o por diarrea.
  • Restringir el consumo de bebidas industrializadas y azucaradas.
  • Practicar actividad física de forma regular de acuerdo a su edad.
  • Limitar el tiempo de uso de la televisión, computadora y videojuegos.
  • Evitar exponerlo a situaciones estresantes o discusiones entre adultos.
  • No recurrir a los golpes o violencia verbal para corregir su conducta.
  • Abstenerse de comentarios negativos sobre sus actos o falta de habilidad.
  • Estimular y premiar su esfuerzo para el logro de objetivos personales y/o escolares.
  • No fumar en su entorno inmediato.
  • Procurar un entorno limpio como espacios donde habita y convive, así como ropa, utensilios y accesorios de su uso personal.
  • Escucharlo y ayudarle a aprender y comprender situaciones y objetos de su entorno.
  • Llevarlo a revisiones médicas de forma regular y en caso de enfermedad y/o emergencia.
  • Completar esquema de vacunación correspondiente.

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